En el método Reggio Emilia hay dos conceptos que aunque parece que estén definiendo lo mismo, en realidad son distintos:el espacio y el ambiente:
- El espacio es la infraestructura física, los patios y las aulas y el conjunto de dependencias de la escuela o del hogar.
- El ambiente se refiere a los diferentes espacios que se han adecuado expresamente por realizar las diferentes tareas. Son diseñados conjuntamente por las niñas y los niños, y por los adultos.
En el método Reggio Emilia se considera el ambiente como un tercer maestro, ya que permitirá apoyar el trabajo y aprendizaje sin la necesidad de la intervención del adulto. Los ambientes consintuyen por si mismos el modelo educativo y el mensaje curricular que se pretende transmitir.
Estos ambientes para que se consideren como el tercer maestro:
- Tiene que ser cambiantes, dinámicos y funcionales. Se recomienda que cada quince días aproximadamente se cambien las actividades y juguetes para que el niño o la niña no se aburran y mantener constante la estimulación.
- Deben estar hechos a la medida de las niñas y los niños.
- Deben contener materiales para realizar las provocaciones necesarias para el aprendizaje, e invitar a trabajar en ellos.
- Las niñas y los niños, junto con los adultos, deben participar conjuntamente en la creación de los ambientes.
- Utilizar elementos naturales y ecológicos (huir de materiales como el plástico), además de utilizar materiales elaborados por las familias y que ofrezcan posibilidades diversas actividades como cajas, tubos, cuerdas, etc
- Utilizan espejos que dan sensación de amplitud, además de ofrecer nuevos puntos de vista y dimensiones.
- Son ambientes transdisciplinares. En este método no hay “asignaturas”, por lo que el sueño, el alimento y la limpieza personal se considera igualmente educativos, considerando todas las actividades importantes para el desarrollo del niño y la niña.
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¿Cómo organizar el ambiente en casa?
La organizarción de los ambientes en casa no puede ser igual que en las escuelas, en el hogar tiene lugar la vida familiar y por tanto, la organización de los ambientes tiene diferentes características:
1. Organizar los espacios
Dentro de la casa podemos organizar distintos espacios, una zona luminosa que sea de lectura y que los libros estén al alcance de las niñas y los niños. Es mejor contar con pocos cuentos o libros e ir rotándolos. Si la biblioteca está muy cargada la niña o el niño no suele saber que libro elegir y se pierden en ese mar de libros. Por eso se recomienda no cargar los ambientes.
O bien tener una zona para hacer construcciones con distintos materiales como conchas, piedras, ramas, u otros materiales de construcción.
2. Buena presentación de los materiales
Que inviten a trabajar y se recomienda utilizar objetos naturales, sensoriales y con texturas como la madera o el mimbre, que estimulan los sentidos.
También es útil usar cajas transparentes que permiten ver el material que hay dentro e inviten a usarlo.
3. Exponer los trabajos realizados
Buscar diferentes puntos en los que exponer los trabajos realizados. Nosotros tenemos varios puntos, uno de ellos es una pizarra magnética en una de las habitaciones, pero también utilizamos la nevera o la zona del mini-taller.
4. Crear un minitaller
El taller o atelier es un espacio esencial en Reggio Emilia. En el espacio que hemos creado podemos hacer nuestras manualidades y también exponer nuestros últimos proyectos, y en el que tenemos nuestro material organizado y a mano.
En cestas guardamos los materiales necesarios para crear y experimentar. No es necesario mucho material pero sí de calidad,no hay nada más fustrante que un rotulador que no pinta o una goma que no borra.
5. Usar espacios exteriores
En las escuelas se suelen utilizar los patios, en los hogares si tienes un jardín o una pequeña terraza. La naturaleza y la luz natural invitan a trabajar.
En el exterior el adulto debe crear condiciones óptimas, en la que a través de provocaciones o propuestas de proyectos sin intervenir, se invita a la niña o al niño a explorar, jugar y crear. Libre, seguido por el adulto, pero sin su intervención y sin buscar finalizar un producto concreto.
6. Exploraciones con espejos
En el método de Reggio Emilia uno de los materiales más usados son los espejos, ya que permiten el aprendizaje mediante la exploración, permiten trabajar la simetría, los ángulos y cantidades.
Las áreas de trabajo que se desarrollan con los espejos son:
- El autoconocimiento: los niños y las niñas empiezan a tomar conocimiento sobre ellos mismos. Una actividad muy divertida en niños muy pequeños es ponerles una pegatina en la frente, cuando toman conciencia de que lo que ven es un reflejo de ellos mismos se la intentan quitar de la frente,pero si aún no se reconocen tocan el espejo.
- Conocimiento del entorno: mediante el reflejo van trabajando diferentes aspectos sobre el entorno como la simetría, multiplicación, etc.
Este es un ejemplo de actividad para trabajar la simetría y la multiplicación. Para la actividad usamos un espejo de tres láminas, palillos de plástico transparente que compramos en un supermercado y luz negra. Con la luz negra los palillos fluorescentes brillaban, y con el espejo se trabajaba la simetría y la multiplicación.
- El lenguaje: especialmente el no verbal, los gestos, las emociones que se observan.
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